Silla 11A del avión: no cualquiera puede sentarse ahí

¿Sabías que no todas las personas pueden sentarse en el asiento 11A de un avión?
Ese lugar, ubicado junto a una salida de emergencia, no es como cualquier otro.

Antes de cada vuelo, la tripulación hace una pregunta que parece inofensiva pero encierra mucho más de lo que aparenta:
“¿Alguien desea cambiarse a la fila de emergencia?”

Suena simple, pero esa invitación no está abierta a todos.
Para ocupar ese lugar, hay que cumplir ciertos requisitos:
• Tener fuerza física para abrir la puerta.
• Tener estabilidad emocional para actuar bajo presión.
• Tener disposición para ayudar, no sólo a uno mismo, sino a quienes están alrededor.

Ese asiento que muchos eligen por el espacio extra, en realidad es un compromiso silencioso.
Es un lugar reservado para quien está presente, consciente y disponible para actuar si todo tiembla.

En la vida pasa algo muy parecido, no hay piloto automático que nos salve de las crisis. Todos atravesamos turbulencias emocionales: rupturas, duelos, momentos de ansiedad, etapas de cambio, y a veces parece que el avión se va en picada.

Y cuando todo se sacude, la pregunta real no es ¿por qué pasó?, sino ¿Dónde estás sentado cuando la vida se viene abajo?
¿Estás preparado para abrir la puerta emocional que te saque de ahí?
¿Tienes fuerza interna para moverte, sostenerte, y si hace falta acompañar a otros también?

Ir a terapia es entrenarte para sentarte ahí, es es soltar lo que pesa para moverte más ligero, desarrollar claridad para no entrar en pánico cuando algo deja de funcionar y cultivar la confianza de que vas a poder responder a lo que sea que la vida te pida.

Porque nadie nace listo para el 11A. A ese asiento no llegamos por azar, sino por decisión y compromiso con nosotros mismos.

Sentarte en el 11A es una decisión consciente. Es elegir vivir desde un lugar donde sabes quién eres, qué sientes y qué necesitas.
Donde cuidas tu energía, tu salud, tu fe, tus relaciones. En este lugar no dejas todo en manos del destino, sino que tomas acción desde adentro.

Y sí, habrá momentos donde el avión de tu vida tiemble.
Donde no puedas controlar la tormenta.
Pero si estás emocionalmente preparado, vas a saber dónde está la puerta.
Y lo más importante: vas a tener la fuerza para abrirla.

Si aún no te sientes listo para ese asiento…
Elige empezar tu camino hacia él.